Más en unión con el entorno no os vais a sentir, salvo que vayáis al Hotel Camangu, en una auténtica aldea asturiana, cerca del mar, con prados que veréis desde los balcones… Aquí todo funciona al ritmo de las labores del campo, del ordeño, la siega, del cultivo del maíz o de la recogida de manzanas que darán sabor a la sidra. Y el hotel es realmente exquisito con una decoración que combina mucho color y diseño rústico. Guiños a la tradición y a los estímulos del color, los tejidos, la luz. Un auténtico disfrute.